Como todo, la razón por la que las camisas de las damas se abrochan en el sentido opuesto al de los caballeros tiene un origen utilitario que, por costumbre, ha perdurado hasta nuestros días.
Las camisas o chaquetas de las señoras se abotonan a la izquierda (su izquierda) porque en el siglo XIX eran vestidas por sus sirvientes, siendo en este lado más fáciles de manipular.

Los hombres, en cambio, se abrochan hacia la derecha debido a que en la época victoriana eran frecuentes los conflictos bélicos y, por ello debían vestirse solos. Además, esta posición impedía que al desenfundar la espada el caballero se enganchase con los botones.
Aquí comprobamos como, con independencia del tipo de chaqueta, el caballero siempre se abrochará hacia su derecha.